Tanto la tapa como el tapeo son sinónimos de compartir, de “dar a probar”, de convivir. En definitiva, todo un rito que exige mucho más de la gastronomía al uso. Enrique Becerra, ofrece en este libro todo un tratado de la tapa y el tapeo, y lo hace con las virtudes literarias y comunicativas que ya ...
Tanto la tapa como el tapeo son sinónimos de compartir, de “dar a probar”, de convivir. En definitiva, todo un rito que exige mucho más de la gastronomía al uso. Enrique Becerra, ofrece en este libro todo un tratado de la tapa y el tapeo, y lo hace con las virtudes literarias y comunicativas que ya le conocemos por otras de sus obras de gastronomía. Y decimos “tratado” porque se incluye la definición, modos, origen de la tapa y el tapeo y se comentan sus características básicas: tamaño, compañía, presentación, vajilla, cartas y cartelería, la atención y la oralidad que le es inherente, lugares, momentos, familia (su tía rica, la ración, y su primo del norte, el pincho), maridajes vinícolas… A todo ellos se une el tapeo como acto social, “de charla” y sus distintas aclimataciones según dónde y cómo se tapee, pues ya no hay dudas, y este libro lo deja bien claro, el tapeo es universal. El libro incluye su guía de zonas de tapeo por todo el territorio nacional y, cómo no, las señoras recetas del propio Enrique, de su cocina más tradicional, clásica y con nuevas aportaciones, algunas de las cuales el propio autor ha tenido a bien (y es un orgullo) estrenar en este libro. El largo colofón lo pone un enorme cartel de amigos de Enrique Becerra que nos versan sobre el mundo de la tapa y el tapeo: Rafael de Cózar, Juan Eslava Galán, Carlos Falcó, marqués de Griñón; el componente de Tricicle, Joan de Gracia; un poeta casi milenario, Omar Khayyam; María Kodama, Arturo Pérez Reverte, José Rodríguez de la Borbolla y el escritor Javier Sierra.