Mi mente ha lavado a esos antepasados, les ha secado la cara, los ha peinado, los ha vestido con ropas limpias, los ha alejado de las bodegas de los barcos y de la perspectiva del trabajo diario en los cañaverales. Es una imagen casi limpia. Es una memoria deslavada.En este momento, la memoria de lo...
Mi mente ha lavado a esos antepasados, les ha secado la cara, los ha peinado, los ha vestido con ropas limpias, los ha alejado de las bodegas de los barcos y de la perspectiva del trabajo diario en los cañaverales. Es una imagen casi limpia. Es una memoria deslavada. En este momento, la memoria de los que fueron esclavos es fundamental. Necesitamos cerrar definitivamente esa infame historia de la humanidad. Nathacha Appanah, que ya quiso mostrar la cara oculta de la isla de Mayotte en Trópico de la violencia, necesita ahora visualizar a sus propios antepasados esclavos que un día salieron de la India en un barco hacia Isla Mauricio.Hay muchos textos que tratan el postcolonialismo, la emigración o la esclavitud. La pálida memoria ofrece un punto de vista diferente, el de una autora de éxito, perfectamente integrada en la sociedad francesa que quiere mostrar la sensibilidad heredada de su cultura, antigua y desarrollada en un entorno pobre, que despertó en ella la necesidad de narrar. La pálida memoria da vida a antepasados que sólo conocemos a través de fotos, historias y gestos que han llegado hasta nosotros. Al conocerlos podemos hacernos conscientes de nuestra sombra.