• A PESAR DE PLATÓN

    FIGURAS FEMENINAS EN LA FILOSOFÍA ANTIGUA

    CAVARERO, ADRIANA GALAXIA GUTENBERG Ref. 9788410107670 Ver otros productos de la misma colección Ver otros productos del mismo autor
    ¿Qué sería del pensamiento si mujeres como Penélope, Deméter, Diotima o la memorable sirvienta tracia pudieran tomar la palabra y decir qué y quiénes fueron? ¿Cómo concebiríamos el cuerpo, la sexualidad, la identidad y el poder si ellas se convirtieran en las protagonistas de la peripecia filosófica...
    Ancho: 140 cm Largo: 210 cm Peso: 250 gr
    Disponible
    19,00 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-10107-67-0
    • FechaEdicion : 01/10/2024
    • AñoEdicion : 2024
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autores : CAVARERO, ADRIANA
    • NumeroPaginas : 160
    • Coleccion : ENSAYO
    ¿Qué sería del pensamiento si mujeres como Penélope, Deméter, Diotima o la memorable sirvienta tracia pudieran tomar la palabra y decir qué y quiénes fueron? ¿Cómo concebiríamos el cuerpo, la sexualidad, la identidad y el poder si ellas se convirtieran en las protagonistas de la peripecia filosófica? En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con su 'enemigo' Platón, Adriana Cavarero propone una relectura de algunas de las figuras femeninas de la Antigüedad para denunciar las desigualdades de género y las dinámicas patriarcales sobre las que se cimenta el canon filosófico occidental. Con un estilo cáustico y brillante, la autora prefigura una nueva manera de pensar el espacio público, en un diálogo ideal con los movimientos feministas italianos e internacionales. Un ensayo seminal que ha marcado de forma indeleble el debate sobre la diferencia sexual y los estudios de género. «En este libro invento varias figuras femeninas, o mejor dicho, las robo: expolio los textos clásicos, desde Homero hasta Platón, para trasladar a sus ?heroínas? a un nuevo escenario, reservado a las mujeres, donde adquieren un significado distinto. Se dijo entonces, a modo de chanza, que yo actuaba como Robin Hood: que robaba figuras a los hombres para dárselas a las mujeres. Ciertamente, nunca he negado que en mi estrategia de bandidaje había un trasfondo ético y político tangible. Y, sobre todo, cierta alegría.»