Caitlin Doughty tenía poco más de veinte años y un diploma reciente en Historia medieval cuando aceptó un trabajo en un crematorio. Un trabajo como cualquier otro, sobre todo si desde siempre has sentido cierta atracción por lo macabro. Y lo que iba a ser algo temporal acabó convirtiéndose no solo e...
Caitlin Doughty tenía poco más de veinte años y un diploma reciente en Historia medieval cuando aceptó un trabajo en un crematorio. Un trabajo como cualquier otro, sobre todo si desde siempre has sentido cierta atracción por lo macabro. Y lo que iba a ser algo temporal acabó convirtiéndose no solo en el trabajo de su vida, sino en una forma de comprender -y reírse- de la muerte. Este insólito libro nos sumerge en la hermética cultura de quienes cuidan de los difuntos para dejarnos escenas inolvidables y datos que nunca creímos que podíamos conocer: ¿un cadáver puede contagiarnos una enfermedad? ¿Cuántos cuerpos caben en una furgoneta? ¿Qué aspecto tiene una calavera en llamas? Rodeada de cadáveres que han llegado allí por las más diversas causas, Doughty nos conduce a través del mundo de los muertos para contarnos cómo barría las cenizas de las máquinas (y a veces sobre su ropa), la secreta historia de la cremación y la inhumación, e incluso nos ilustra acerca de las prácticas funerarias de diferentes culturas. Honesto y sincero, autocrítico y cómicamente irónico, Caitlin Doughty convierte un tema tabú como la muerte en algo corriente y, por extraño que parezca, fascinante.