Uno de los principales desafíos al plantear propuestas transformadoras para eliminar la violencia contra las mujeres radica en que estas a menudo se enfrentan a dos obstáculos significativos. Por un lado, se encuentran atravesadas por epistemologías sexistas arraigadas en la sociedad y, por otro, so...
Uno de los principales desafíos al plantear propuestas transformadoras para eliminar la violencia contra las mujeres radica en que estas a menudo se enfrentan a dos obstáculos significativos. Por un lado, se encuentran atravesadas por epistemologías sexistas arraigadas en la sociedad y, por otro, son explotadas ideológicamente por las vías política y mediática. Como resultado, las propuestas feministas suelen llegar de manera simplificada o poco efectiva a las personas que, en la era de la información, son tanto agentes de cambio hacia la igualdad como sujetos u objetos que pueden perpetuar la desigualdad de género.
Este es, sin duda, el caso de la violencia sexual, pivotante en términos teóricos y prácticos, políticos y jurídicos, sociales y culturales, alrededor de criterios tan eficazmente maleables como el consentimiento. Se ha transmitido la idea de que el consentimiento debe ser el elemento central y la medida para determinar qué constituye la violencia sexual, obviando que este está atravesado por una relación estructural de dominación y desequilibrio de poder que ahonda en la subordinación de la parte oprimida, en este caso, las mujeres.
Este libro tiene como objetivo poner de manifiesto y promover una profunda reflexión sobre la violencia sexual que experimentan las mujeres, con un enfoque particular en la prostitución, la pornografía y la trata de personas. Lo hace articulando voces críticas que desafían el patriarcado y que tienen presencia tanto en el ámbito académico como en organizaciones, contando con la participación de expertos y expertas en disciplinas diversas como la psicología, la filosofía, la sociología, el derecho, el periodismo o el trabajo social.