Páginas emocionantes, trágicas y evocadoras de la gran urbe portuaria que es Barcelona. «La ciudad de los prodigios» es un espacio sentimental por el que el autor, barcelonés de nacimiento y vocación, nos permite viajar a través de las décadas, desde la posguerra hasta la espléndida celebración de l...
Páginas emocionantes, trágicas y evocadoras de la gran urbe portuaria que es Barcelona. «La ciudad de los prodigios» es un espacio sentimental por el que el autor, barcelonés de nacimiento y vocación, nos permite viajar a través de las décadas, desde la posguerra hasta la espléndida celebración de los Juegos Olímpicos de 1992. Conoceremos la dureza de la guerra, la sordidez de la posguerra, la prohibición del idioma catalán, la restricción de tradiciones culturales y el periodo de incertidumbres y desafíos. Sin embargo, la Ciudad Condal nunca perdió su espíritu cívico y solidario. En abril de 1939, el emblemático Liceo reabrió sus puertas con «La bohème», reivindicando la tradición operística que la ha convertido en un referente del bel canto. En 1967, Barcelona se convirtió en un crisol de talento literario, atrayendo a escritores como García Márquez, Vargas Llosa, José Donoso y Jorge Edwards. Este momento marcó el nacimiento del célebre boom latinoamericano, que revolucionaría las letras y redefinió el mundo editorial en castellano, al igual que la aparición de la «gauche divine» y su severo rechazo a la opresión política, consolidando a la ciudad como la gran referencia, faro de libertad y creatividad. En noviembre de 1974, la inauguración del puente aéreo entre Madrid y Barcelona impulsó el crecimiento empresarial, comercial y de servicios. Sin embargo, fue con los Juegos Olímpicos de 1992 cuando la ciudad experimentó una transformación significativa. Las inolvidables palabras del presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, «a la Ville de Barcelona», marcaron el inicio de la modernización y su enfoque hacia el mar Mediterráneo, reflejando su cultura y vocación europea.
«Tanto Rafael Abella como su hijo Carlos son unos monstruos de memoria ordenada, inteligente y, si cabe, maliciosa. Una memoria tan importante es posible por la generosidad gratuita pero también por la lucidez de la inteligencia analítica y el esfuerzo de una erudición impecable». Néstor Luján, escritor. «Todos me hablaban muy bien de ti y me he dado cuenta de los motivos, por eso he permitido que hicieras mi biografía». Luis Miguel Dominguín, torero. «Gracias por tu libro, espero que sea un éxito en todos». Jaume Vallcorba, editor.