El cielo y los caminos, el bosque y las flores, los mamíferos, los insectos… la vida silvestre. Y como fondo, la actividad humana que, a mediados del siglo XIX, en esa parte del este de Norteamérica conocida como Nueva Inglaterra, comienza a modificar la faz de la tierra y la forma de pensar de sus ...
El cielo y los caminos, el bosque y las flores, los mamíferos, los insectos… la vida silvestre. Y como fondo, la actividad humana que, a mediados del siglo XIX, en esa parte del este de Norteamérica conocida como Nueva Inglaterra, comienza a modificar la faz de la tierra y la forma de pensar de sus habitantes. En ese marco se desarrolla el Diario rural de Susan Fenimore Cooper, a quien puede considerarse como la primera escritora sobre la naturaleza. Diario rural es la vez una invitación a lo pequeño y a lo colectivo, una contemplación y una reflexión: el libro de una mujer que vivió en un pueblo sin progreso, que se alejó de romanticismos, idealismos y trascendentalismos, y que cultivó la lectura, la observación y la escritura para dar cuenta de lo que hoy apenas queda huella: la vida salvaje.
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Nos llena de alegría presentar por primera vez en castellano el Diario rural de Susan Fenimore Cooper, el relato de las observaciones de su vida campestre durante las cuatro estaciones, durante los años 1848 y 1849. Se trata de una pieza fundacional de la literatura sobre la naturaleza, y que vio la luz cuatro años antes de que H. D. Thoreau publicara Walden.
Publicamos –con prólogo de María Sánchez y traducción de Esther Cruz- el diario completo en dos volúmenes que incluyen, cada uno de ellos, dos estaciones (primavera-verano y otoño-invierno)