Un libro conciso, demoledor, brillante y, en última instancia, sanador. Una hazaña increíble condensada en este excepcional testimonio, reportaje literario o road trip. Dos mujeres cavando, miles de huesos sin nombre, una tierra inconsolable —Bosnia-Herzegovina— y una escritora valiente y lúcida. «L...
Un libro conciso, demoledor, brillante y, en última instancia, sanador. Una hazaña increíble condensada en este excepcional testimonio, reportaje literario o road trip. Dos mujeres cavando, miles de huesos sin nombre, una tierra inconsolable —Bosnia-Herzegovina— y una escritora valiente y lúcida. «Las sepultureras» recoge los restos del conflicto para construir un relato fulgurante, merecedor del prestigioso Premio Jan Michalski 2022.
Senem es antropóloga forense y Darija, investigadora. En Bosnia-Herzegovina, un país traumatizado por las guerras de los Balcanes, una trabaja con los muertos, la otra con los vivos. Senem se ocupa de identificar huesos humanos encontrados en fosas comunes de décadas de antigüedad, mientras que Darija visita a familias de personas desaparecidas para escuchar sus historias y recolectar su ADN. Ambas se encargan de hacer hablar a los muertos para aportar justicia, reparación y consuelo a los vivos. Cuando Taina Tervonen las conoce, ignora el alcance de las tareas que ocupan sus días. A lo largo de diez años y varios viajes, nos adentra en su intimidad, nos hace partícipes de su vertiginosa responsabilidad y el peso de sus deberes, de su compromiso y su desfallecimiento, así como de sus arrebatos de alegría. Las acompaña en su búsqueda de la verdad, nos cuenta los obstáculos que se interponen en su camino, en medio de una población marcada por el conflicto armado. En primer lugar, las trabas técnicas: complicaciones para recoger los restos de fosas comunes que en su mayor parte han sido trasladados, así como las dificultades para identificarlos. Pero también los escollos humanos: el silencio, la mentira, el trauma. Ante nosotros queda el conmovedor retrato de dos mujeres fascinantes cuya profesión se convierte en pasión, dos seres humanos humildes y excepcionales.