En el año 846 d. C, la que fuera capital del gran Imperio se ha convertido en una ciudad arruinada y semiabandonada. Aun así, Roma sigue siendo eterna, pues en ella gobierna el Papa y en ella descansan, rodeados de inmensas riquezas, los cuerpos de los apóstoles de Cristo: Pedro y Pablo. Grandes tes...
En el año 846 d. C, la que fuera capital del gran Imperio se ha convertido en una ciudad arruinada y semiabandonada. Aun así, Roma sigue siendo eterna, pues en ella gobierna el Papa y en ella descansan, rodeados de inmensas riquezas, los cuerpos de los apóstoles de Cristo: Pedro y Pablo. Grandes tesoros oculta la Iglesia. Y por ello, piratas y corsarios sarracenos allende los mares se confabulan para asaltar y saquear la ciudad.
Entretanto, de fondo, junto a los tronos de reyes, califas, emires y emperadores de todo el Mediterráneo se escuchan susurros de conjuras y trompetas de guerra. El mundo parece haber enloquecido, y en medio de esa locura el único objetivo común es medrar y sobrevivir. Y así viven y malviven desde el Papa a una bailarina bizantina, un caudillo vikingo tan ambicioso como implacable o un alquimista dispuesto a vender al mejor postor el secreto más codiciado del mundo conocido: la fórmula del fuego griego.
"Bajo el fuego y la sal" es, sencillamente, una novela trepidante. Ambición, aventura, amor, traición y guerra se mezclan en sus páginas, escritas con vigor y emoción; al momento, el lector quedará asombrado y subyugado ante el acontecimiento más dramático vivido nunca por la cristiandad medieval: el saqueo del Vaticano. Y nadie mejor que José Soto Chica, ganador del Premio Edhasa Narrativas históricas con "El dios que habita la espada", para contárnoslo porque es, sin duda, un genio de la narrativa y la historia.