¿De qué debemos liberarnos? De la maldición de 300 años de un sistema bancario que permite a los particulares crear dinero como deuda. Nosotros, el pueblo, poseemos la patente para crear dinero, es parte de nuestro patrimonio soberano. Pero en lugar de que nuestro gobierno cree parte de él, para sat...
¿De qué debemos liberarnos? De la maldición de 300 años de un sistema bancario que permite a los particulares crear dinero como deuda. Nosotros, el pueblo, poseemos la patente para crear dinero, es parte de nuestro patrimonio soberano. Pero en lugar de que nuestro gobierno cree parte de él, para satisfacer nuestras necesidades esenciales, los reyes, las reinas, los presidentes y los primeros ministros han cedido ese derecho a unos pocos particulares que nos han despojado de nuestro patrimonio y nos han hecho esclavos del endeudamiento.
Paul Hellyer, Consejero Privado principal de Canadá, ha dedicado toda su vida a la reforma bancaria. La pandemia de coronavirus que ha creado un “desorden económico sanguinario” debido a nuestro sistema monetario de deuda, inspiró a Hellyer a escribir un último libro en el que proclama que ha llegado el momento de acabar con la maldición y liberar a los esclavos. Sus argumentos son convincentes.
Pero el libro no trata sólo del dinero. Paul nos recuerda la Operación Paperclip y los científicos e ingenieros nazis alemanes que fueron llevados a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, y que pronto se hicieron con el control efectivo del establecimiento militar-industrial estadounidense. Bajo un paraguas de extremo secreto, han construido la fuerza militar más poderosa de la historia. Esto incluye una fuerza espacial y un armamento increíble que podría facilitar la dominación del mundo.
Todo esto está relacionado con lo que dijimos acerca del libro más reciente de Hellyer, La Esperanza Recobrada. En él argumentaba que la especie humana se encuentra en un punto de inflexión en el que debe elegir entre un gobierno fascista del Nuevo Orden Mundial (nazi) comprometido con la rápida despoblación o un mundo de paz y justicia. Hellyer demuestra que Dios está vivo, bien y en todas partes, y que la elección de la humanidad es entre la Oscuridad y la Luz. Seguir la Luz significa renunciar a las armas atómicas, sustituir la economía del petróleo por la energía limpia de punto cero desarrollada por los estadounidenses en los años sesenta, hacer que los gobiernos creen el 34% de todo el dinero nuevo para fines públicos en lugar de pedirlo prestado a las 62 familias de la élite bancaria, una reconciliación de las dos ramas principales del Islam y una solución justa del conflicto entre israelíes y palestinos para llevar la paz a Oriente Medio. Por último, será necesario que todos los países, razas y credos, especialmente los jóvenes, perdonen las atrocidades del pasado y trabajen juntos en un propósito común para salvar el patrimonio que tienen en común.
¿Qué poder tiene el pueblo? Puede convencer al Congreso para que desfinancie las partes del ejército que suponen una amenaza clara e inmediata, mientras resuelve quién está a favor de la República y quién está en contra.