De entre todas las páginas italianas que ocuparon la obra de esta original y algo excéntrica autora, sobresalen estas miniaturas sobre Roma, la ciudad que conoció a fondo y por la que pasea una mirada de múltiples intereses, casi impresionista. La erudición estética no está reñida con la anécdota, n...
De entre todas las páginas italianas que ocuparon la obra de esta original y algo excéntrica autora, sobresalen estas miniaturas sobre Roma, la ciudad que conoció a fondo y por la que pasea una mirada de múltiples intereses, casi impresionista. La erudición estética no está reñida con la anécdota, ni con la hilazón de fragmentos que parecen yuxtaponerse como las estructuras de Piranesi, el artista que según Vernon Lee mejor comprendió Roma. Resulta una delicia seguir los pasos de esta italiana de corazón y dejarse atrapar por su espíritu iconoclasta, por sus juegos de imágenes y por la erudita lupa que aplica sobre rincones, edificios y obras de arte a las que ilumina de forma magistral.