Las heridas se pueden coser con palabras para romper nuestra soledad, la clave está en escucharnos y (des)peinarnos para sentir la libertad. A veces, el miedo aparece y nos ahoga, porque las ventanas que nos ofreció la vida continúan cerradas. El amor, la espera, la duda, el adiós, la vida misma, la...
Las heridas se pueden coser con palabras para romper nuestra soledad, la clave está en escucharnos y (des)peinarnos para sentir la libertad. A veces, el miedo aparece y nos ahoga, porque las ventanas que nos ofreció la vida continúan cerradas. El amor, la espera, la duda, el adiós, la vida misma, las manos que acarician cuerpos soñados, pieles evanescentes, poesía que brilla al final del mar, que inicia senderos justo donde crecen las nubes, poesía en movimiento, poesía veraz, poesía como testimonio de la emoción. Todo luce vibrante, onírico y carnal a la vez en (Des)peinada. Asómate a estas páginas. En ellas podrás descubrir una caricia que te habita el corazón, un espacio en el que el pasado duele y un presente que nos enseña que hay un refugio en el que encontrarse, un lugar cálido donde podrás descubrir cicatrices, que no son más que mapas que guían tus viajes.