El Bardo Thödol se atribuye a Padmasambhava, el monje que a mediados del siglo VIII llevó el budismo a Tíbet y fundó el primer monasterio, aunque se cree que fue Karmalingpa el que encontró en el siglo XVI el texto perdido que se conocía con el nombre de “La liberación del estado intermedio por la e...
El Bardo Thödol se atribuye a Padmasambhava, el monje que a mediados del siglo VIII llevó el budismo a Tíbet y fundó el primer monasterio, aunque se cree que fue Karmalingpa el que encontró en el siglo XVI el texto perdido que se conocía con el nombre de “La liberación del estado intermedio por la escucha”, sabiéndose, no obstante, que se transmitía de forma oral desde el siglo XIV. Fue el doctor Walter Evans-Wentz quien lo publicó por primera vez en Occidente en 1927, bajo el título de El libro tibetano de los muertos. La obra versa sobre el “estado intermedio”, aquel que sobreviene después de la muerte y previo a un nuevo nacimiento, siendo una “guía para los que desean traspasar la muerte y convertir el proceso en un acto de liberación”. Su valiosa perspectiva se centra en plantear la muerte como un estado (bardo) de consciencia distinto al estado de la vigilia o del sueño en su manifestación, pero similar en esencia, formando los seis estados de la conciencia del ser humano un proceso uniforme. Un libro imprescindible para acceder a la profunda espiritualidad y conocimiento del budismo tibetano, y obra básica de la literatura universal sobre la muerte, tanto en sus aspectos filosóficos como fenomenológicos. El texto se completa con una excelente introducción de lama Anagarika Govinda.