Después de que David rompa con Sara (¿o Sara rompa con David? Esto nunca quedará claro), David tendrá que convivir con la soltería y con sus inseguridades refugiándose en esa gran mentira que es el darse un tiempo.
«Darse un tiempo» y que las redes sociales te recuerden que hace un año estabais juntos y enamorados. «Darse un tiempo» para centrarse en el trabajo (que tampoco es que vaya del todo bien, ya que intentar que el último videoclub de Barcelona no vaya a la ruina no es fácil). «Darse un tiempo» para enamorarse (o eso cree él) de otras personas. Y «darse un tiempo» para descubrir que lo que David pensaba que era ser un romántico y vivir en un constante Love Actually no era más que ser un ser tóxico plagado de dudas que, arropado por el amor, no deja de hacer daño a las personas a las que más quiere.
Un libro, una comedia ¿romántica?, cargado de referencias cinematográficas que muestra con ironía y humor la vida sentimental de un millennial que de pequeño vio demasiadas veces Pretty Woman.
Y es que un exceso de comedias románticas perjudica seriamente la salud.