Parece que el corazón se le va a salir del pecho. Ahí, sola frente al tapiz, Adelina sabe que se lo juega todo en los siguientes minutos. Tiene que demostrarse a sí misma y a los demás que su carrera como gimnasta no ha terminado aún. Siente un pinchazo y por un momento tiene miedo. Respira hondo y se concentra en controlar los nervios. Ha llegado el momento de enseñar a todo el mundo lo que es capaz de hacer…