Pero el estrellato suele ser fugaz y, en su caso, el éxito empezó a desvanecerse en cuanto la locura del mundo del rock los alejó de sus ambiciones musicales. A pesar del alcohol, las drogas y las peleas constantes entre Chris y Rich Robinson (los hermanos más pendencieros del rock’n’roll, con permiso de Oasis y The Kinks), el grupo siguió haciendo giras hasta 2013. Sin embargo, aquel mismo año Chris Robinson provocó una fisura tan profunda entre todos ellos que The Black Crowes no volvió a levantar el vuelo.
Steve Gorman, miembro fundador del grupo, estuvo presente de principio a fin de la historia: durante las giras aderezadas con coca y marihuana; en las tumultuosas grabaciones de los discos; en los ratos detrás del escenario con leyendas de la música como Robert Plant, Jimmy Page y The Rolling Stones… La intención de Steve, batería del grupo, siempre había sido mantenerlos a todos unidos, pero la tarea le resultó imposible.
Difíciles de manejar es la crónica del inicio, el desarrollo y la caída de este gran grupo estadounidense. Ya no existen bandas tan cargadas de locura, genialidad, inspiración y, sobre todo, de vocación autodestructiva. Pero para The Black Crowes y su público, fue una pasada mientras duró.