China ha entrado en el siglo XXI plenamente consciente del gran papel que va a jugar en este período de la historia y de la economía. Todo este proceso de apertura y liberalización no hubiera sido posible de no haberse visto acompañado por un colosal éxito económico, a pesar de que hayan brotado imp...
China ha entrado en el siglo XXI plenamente consciente del gran papel que va a jugar en este período de la historia y de la economía. Todo este proceso de apertura y liberalización no hubiera sido posible de no haberse visto acompañado por un colosal éxito económico, a pesar de que hayan brotado importantes puntos negros en el mismo, el principal: la brecha cada vez mayor entre los que cada año viven mejor y los que se quedan fuera del tren de la prosperidad. China es la cultura más antigua del mundo que haya perdurado en continuidad y ello se palpa en muchos momentos de un viaje por este país, a pesar de que su turbulenta historia haya destruido casi todos los testimonios arquitectónicos que erigieron las sucesivas dinastías imperiales. Un viaje por China es una experiencia fascinante. Aunque en las principales ciudades se perciban muchos signos de una fuerte occidentalización, con la proliferación de restaurantes de cocina rápida o de tiendas con las marcas globales, basta desplazarse al interior, a la China rural, para encontrarse todavía con una realidad aparte.