Egipto recibe al viajero con magníficos monumentos, su cautivador desierto y su frondoso delta, un gran pasado y su gente, acogedora y amante de las historias. Y, claro, con el imponente Nilo; el viejo dicho que asegura que Egipto es un regalo del Nilo sigue vigente: sin él no habría tierras fértiles, comida, y apenas electricidad. La vida egipcia se desvincula físicamente del río cada vez más, pero este sigue teniendo un papel singular y de suma importancia. Por suerte para los visitantes, es ideal para admirar la mayoría de los monumentos antiguos, una de las razones por las cuales los cruceros por el Nilo son tan populares.