Cualquier sesión de psicomotricidad debe partir de esta premisa. Estamos delante de unos niños de los que a veces conocemos detalles y a veces no, pero en cualquier caso niños que «son», y como tales debemos conseguir que sean curiosos, que descubran, pregunten, corran y, ante todo, que jueguen y di...
Cualquier sesión de psicomotricidad debe partir de esta premisa. Estamos delante de unos niños de los que a veces conocemos detalles y a veces no, pero en cualquier caso niños que «son», y como tales debemos conseguir que sean curiosos, que descubran, pregunten, corran y, ante todo, que jueguen y disfruten en la sala de psicomotricidad. Esto he intentado durante años compartiendo muchas situaciones con ellos.
Vivo en Terrassa (ciudad textil) y vengo de familia textil, así, a modo de la urdimbre y la trama de un tejido, he intentado con este libro tejer un lienzo en el que teoría y práctica se entrecruzan dando sentido una a la otra.
Aporto observaciones, reflexiones e interrogantes con el ánimo de que sean útiles para cualquier persona que inicie el camino de la psicomotricidad y la educación, o se encuentre ya en él, y sienta curiosidad por conocer y compartir puntos de vista.