• ÚLTIMA HOGUERA, LA

    TOMAS, ENRIQUE EDICIONES B Ref. 9788466663335 Ver otros productos de la misma colección Ver otros productos del mismo autor
    La biografía del último hombre condenado a la hoguera por la Inquisición en España inspira esta novela de ficción histórica a partir de una vida real: la de un héroe injustamente olvidado por la historia. ¿Quién fue Cayetano Ripoll? Cuando fue capturado por la Junta de la Fe ejercía de maestro de ...
    Dimensions: 238 x 165 x 47 cm Peso: 250 gr
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    22,90 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-666-6333-5
    • FechaEdicion : 01/05/2018
    • AñoEdicion : 2018
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autores : TOMAS, ENRIQUE
    • NumeroPaginas : 624
    • Coleccion : HISTÓRICA
    • NumeroColeccion : 601007

    La biografía del último hombre condenado a la hoguera por la Inquisición en España inspira esta novela de ficción histórica a partir de una vida real: la de un héroe injustamente olvidado por la historia.

    ¿Quién fue Cayetano Ripoll?

    Cuando fue capturado por la Junta de la Fe ejercía de maestro de escuela en un arrabal de Valencia. Nacido en Solsona en 1778, pasó por Barcelona, participó en la guerra de la Independencia, fue hecho prisionero por las tropas napoleónicas, y permaneció en Francia hasta el fin de la guerra donde, en el exilio, bebió de la copa de la libertad, conoció a masones, leyó a Rousseau y a Diderot. Regresó a España, como tantos prisioneros españoles, con la voluntad de defender los valores de libertad, igualdad y fraternidad, pero Fernando VII no estaba dispuesto a que la Constitución de Cádiz limitase su poder absoluto.

    Ripoll se asentó en Valencia. El trienio liberal (1820-1823) fue una época de ebullición ideológica, política y literaria, en que surgió la prensa moderna amparada por la libertad de imprenta, y florecieron las tertulias y los cafés, en los que se trataba de lo divino y de lo humano. Discípulo y amigo del librero liberal Mariano Cabrerizo, se empeñó en levantar una escuela en la huerta de Valencia, porque para él la educación de los niños era la mejor forma de revolución.