Franklin lee todos los días, desde historias del rey Arturo hasta informaciones sobre las arañas, los panes o el ballet, y todo lo demás. Incluso lee por la noche, a la luz de mil luciérnagas. Franklin tiene muchas ganas de compartir las historias con sus vecinos, pero estos están aterrorizados a ca...
Franklin lee todos los días, desde historias del rey Arturo hasta informaciones sobre las arañas, los panes o el ballet, y todo lo demás. Incluso lee por la noche, a la luz de mil luciérnagas. Franklin tiene muchas ganas de compartir las historias con sus vecinos, pero estos están aterrorizados a causa de su tamaño, por lo que acaban por huir. Es decir, todos, a excepción de una niña pelirroja que adora tanto a los dragones como la lectura. Franklin ha encontrado su alma gemela. Luna y él crean un plan para compartir todas las historias que han leído. Con la ayuda de los ratones y los murciélagos de la cueva de Franklin, construyen una pequeña librería a lomos de Franklin, y vuelan hacia la aldea. En poco tiempo, los aldeanos curiosos se acercan a mirar los libros. Luna reparte pastel mientras Franklin cuenta historias y todos le escuchan.