A Nico lo inspiran montones de cosas: la tibieza del sol sobre su cara, el dulce sonido del camión de los helados y lo duro que trabaja una mamá petirrojo para cuidar a sus polluelos. También adora dibujar todo eso que le gusta, aunque nadie parece entender muy bien de qué se tratan sus imágenes.
A Nico lo inspiran montones de cosas: la tibieza del sol sobre su cara, el dulce sonido del camión de los helados y lo duro que trabaja una mamá petirrojo para cuidar a sus polluelos. También adora dibujar todo eso que le gusta, aunque nadie parece entender muy bien de qué se tratan sus imágenes.