Ferran Adrià y su equipo en El Bulli fueron los primeros en el círculo de la alta cocina en contratar a un diseñador industrial como parte de su equipo creativo. Las principales actividades realizadas por el equipo de El Bulli se iniciaron de forma estable en 2002 y consistieron en la búsqueda, la creación y el desarrollo de objetos y utensilios para la cocina, la preparación y la presentación de los distintos platos del restaurante.
Luki Huber, el diseñador contratado, pasó finalmente casi ocho años en El Bulli trabajando mano a mano con Ferran Adrià, inventando todo tipo de artefactos y utensilios al servicio de unas técnicas gastronómicas revolucionarias y únicas que fascinaron al mundo.
Huber guardó todos sus dibujos, bocetos, apuntes e imágenes que ahora ven la luz por primera vez, con todas las explicaciones del propósito de cada una de ellas y las historias que hubo detrás de cada objeto, y que transformaron para siempre el mundo de la gastronomía.