Martin se levanta un sábado muy temprano para salir de casa antes de que sus padres se despierten. Además de a su hermano pequeño, Charlie, se lleva con él una mochila con la libreta donde escribe sus poemas, y unas galletas especiales para cuando lleguen a destino: un pueblo de la costa donde meses atrás pasaron unas estupendas vacaciones familiares. Para lograrlo tendrá que subirse a un tren, hacerse pasar por mayor de edad y no llamar mucho la atención durante el trayecto, cosa que no será nada fácil porque Charlie es un niño muy especial, que suele poner a su hermano en apuros.