A menudo, se confunde la capacidad de hablar en público con un descaro natural que algunas personas llevan implícito en su personalidad. Nada más lejos de la realidad. Porque si hay una gran verdad en el mundo de la comunicación es que el orador no nace,
A menudo, se confunde la capacidad de hablar en público con un descaro natural que algunas personas llevan implícito en su personalidad. Nada más lejos de la realidad. Porque si hay una gran verdad en el mundo de la comunicación es que el orador no nace,