El ser humano se ha ido alejando cada vez más de su ritmo vital natural estructurado por el cambio natural de la noche y el día. Vivimos en un mundo frenético y nos dejamos llevar por una serie de obligaciones y ocupaciones que se imponen y que nos obligan a adaptarnos a una vida artificial. Por ell...
El ser humano se ha ido alejando cada vez más de su ritmo vital natural estructurado por el cambio natural de la noche y el día. Vivimos en un mundo frenético y nos dejamos llevar por una serie de obligaciones y ocupaciones que se imponen y que nos obligan a adaptarnos a una vida artificial. Por ello, hay muchas personas que se encuentran en constante estrés, están siempre nerviosas, alteradas y, finalmente, agotadas. Tarde o temprano se desarrollan, a causa de este estrés, los frecuentes padecimientos de insomnio, del aparato digestivo, migrañas, o pérdida de energías hasta acabar con depresiones reales. Sólo si adaptamos de nuevo nuestro día a día a las necesidades naturales y estamos atentos a éstas, viviendo en armonía con nuestro reloj interior, podremos recuperar nuestro ritmo biológico natural: una de las condiciones más importantes para el bienestar, para la salud y, sobre todo, para poder vivir en paz. Según la medicina china tradicional (MCT), nuestra vida está determinada, día a día, por el transcurso de la naturaleza y estamos sometidos a un ciclo de energía que es renovable cada 24 horas. Cada uno de nuestros órganos posee sus fases activas y de relajación, y las dolencias que aparecen en una determinada hora del día se refieren siempre a un determinado órgano.