Esta historia capta la sencillez, la espontaneidad y la libertad de una infancia idílica, mientras que la ilustración de Freya Blackwood captura la luz -e incluso el olor y la sensación- de un día de verano perfecto.
Esta historia capta la sencillez, la espontaneidad y la libertad de una infancia idílica, mientras que la ilustración de Freya Blackwood captura la luz -e incluso el olor y la sensación- de un día de verano perfecto.