Londres, 1922. La sociedad está en pleno proceso de cambio y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial siguen muy presentes. A Frances Wray la contienda le arrebató a sus dos hermanos, y ahora vive con su madre viuda en una mansión de una zona residencial a las afueras de Londres. Madre e hija,...
Londres, 1922. La sociedad está en pleno proceso de cambio y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial siguen muy presentes. A Frances Wray la contienda le arrebató a sus dos hermanos, y ahora vive con su madre viuda en una mansión de una zona residencial a las afueras de Londres. Madre e hija, de clase alta, pasan apuros económicos, y, para aliviarlos, deciden alquilar parte de su residencia a unos huéspedes de pago.
Sus inquilinos son un joven matrimonio con aspiraciones burguesas, Leonard y Lilian Barber. Él tiene ambiciones y ella luce coloridos quimonos y pone música en el gramófono. Frances y su madre deberán amoldarse a la pérdida de intimidad que supone la llegada de la pareja, y entre propietarias y huéspedes se establecerá una relación a veces incómoda, marcada por la diferencia de clase. Pero Frances irá descubriendo que comparte más cosas de las que pudiera parecer con Lilian, y entre ambas mujeres se forjará una complicidad de secretos compartidos y una peligrosa pasión que desembocará en un acto violento de terribles consecuencias...
Sarah Waters abandona la época victoriana y el periodo de la Segunda Guerra Mundial que había explorado en anteriores libros y recrea los «felices veinte», mezclando la crónica de una sociedad en pleno proceso de transformación, el retrato costumbrista con toques de comedia, la historia de un amor prohibido y el suspense de un crimen inquietante... Manejando con magistral exactitud el crescendo de tensión y erotismo, la autora nos deslumbra con esta obra que la consagra como la reina indiscutible de la novela de ambientación histórica con un toque muy personal y moderno.
A través de su exploración del pasado de la sociedad británica, desvela sus tabúes, rincones oscuros y deseos inconfesables.