La tía Fé viene de visita. Y eso revoluciona a toda la familia Federmann, compuesta por un padre funcionario que para redondear ingresos se pluriemplea, una madre que trabajaba en una tienda de productos ecológicos y ahora es ama de casa, y los tres hijos: Fabian, Fanny y Felicitas. La tía Fé está e...
La tía Fé viene de visita. Y eso revoluciona a toda la familia Federmann, compuesta por un padre funcionario que para redondear ingresos se pluriemplea, una madre que trabajaba en una tienda de productos ecológicos y ahora es ama de casa, y los tres hijos: Fabian, Fanny y Felicitas. La tía Fé está en las antípodas de esta familia común y corriente. Es una anciana excéntrica y millonaria, tiene una mansión junto al lago Lemán, viaja por el mundo y, a lo largo de su agitada vida, ha conocido la inflación, las quiebras, el despilfarro y la pobreza. En esta visita decide encontrarse con sus sobrinos en un hotel de lujo y queda horrorizada al comprobar su absoluta ignorancia sobre todo lo relacionado con el dinero. Decide entonces darles unas cuantas lecciones básicas de economía con una premisa inquebrantable: no aburrirles. ¿Cuándo se inventó el dinero? ¿Por qué lo utilizamos? ¿De dónde sale? ¿Quién creo el papel moneda? ¿Cuál es el verdadero valor de las cosas? ¿Quién lo decide? ¿Para qué sirven las bolsas? ¿Y los bancos? ¿Cómo funciona un crédito? ¿Y cómo funciona el capitalismo? ¿Cómo se reconoce a un rico y a un pobre? ¿Por qué hay mercado negro y economía en negro? ¿Por qué emiten ingentes cantidades de dinero los bancos centrales? Estas son algunas de las preguntas que la tía Fé les plantea a sus sobrinos, y para responderlas les habla de coleccionistas de arte, prostitutas, millonarios, filántropos..., y reúne en un cuaderno las observaciones inteligentes que sobre el dinero han dejado escritas algunos sabios, como Sófocles, que dijo nada menos: «La peor maldición de la humanidad es el dinero», o Francis Bacon, que dejó escrito que «el dinero es como el estiércol; si no se reparte bien no sirve de nada». Enzensberger, que también es un sabio, ha escrito una novelita didáctica, con aires volterianos, mucha agudeza y un humor delicioso. Ya nos había regalado incursiones pedagógicas en las matemáticas –El diablo de los números– y en la filosofía –Reflexiones del señor Z., publicada en esta colección–, y aquí continúa con su vocación de instruir deleitando. Y así, un asunto a priori tan árido como la economía se explica con una amenidad y un ingenio que ayudan a entender los misterios y los secretos inconfesables del dichoso dinero.