Houdini fue un artista completo y un innovador inagotable. Además de sus espectaculares escapes, dominaba a la perfección el arte del ilusionismo escénico: fue un gran propagandista y un maestro de la publicidad y supo aprovechar el poder emergente de los medios de comunicación, promocionando su nom...
Houdini fue un artista completo y un innovador inagotable. Además de sus espectaculares escapes, dominaba a la perfección el arte del ilusionismo escénico: fue un gran propagandista y un maestro de la publicidad y supo aprovechar el poder emergente de los medios de comunicación, promocionando su nombre mejor que ningún otro mago de su época. También protagonizó películas de cine mudo, fue pionero de la aviación, editor, escritor y se convirtió en un activo militante contra el movimiento espiritista después de la muerte de su madre ?con quien estaba obsesionado?. A través de una deliciosa inmersión en la edad dorada de la magia, esta obra pretende convertirse en la más completa y moderna biografía que se publica en español sobre el gran mago escapista. El autor, que maneja una documentación abundante y selecta, explica al detalle sus trucos y desafíos, rompe con sus mitos más comunes y relata minuciosamente los hechos que desencadenaron su inesperada muerte en la noche de Halloween de 1926.
Inmigrante húngaro de origen judío, Erik Weisz desembarcó a los cuatro años de edad en el puerto de Nueva York acompañado por su madre, sus hermanos y un par de viejas maletas para mezclarse con la interminable corriente de inmigrantes que venían desde Europa. Decidió apostarlo todo a lo que creía que era su verdadera vocación: el mundo de la magia y el escapismo. Adoptó el nombre artístico de Harry Houdini y comenzó una carrera con la que cautivaría al público llevando a cabo pruebas complicadísimas y desafíos inverosímiles. Se ponía a prueba a diario, cargando su cuerpo con grilletes, candados y esposas, y desafiando todas las formas de sujeción y encierro. Durante casi tres décadas, trató de fugarse de las más arriesgadas trampas, prisiones, ataúdes, arcones, sacos, jaulas y profundos ríos, y se dejó someter a dolorosas sesiones de inmovilización, encarcelamiento y ahogamiento. La cantidad de relatos en torno a sus portentos es tan abrumadora que en ocasiones llega a bordear lo impensable.