«¿Justicia? La justicia se encuentra en el otro mundo. En éste lo que hay son leyes», reza el inicio de la novela. En «Su pasatiempo favorito» la ley es omnipresente, debido al interminable número de litigios que atestan sus páginas, pero, por el contrario, no sabríamos decir si en esta trama de tim...
«¿Justicia? La justicia se encuentra en el otro mundo. En éste lo que hay son leyes», reza el inicio de la novela. En «Su pasatiempo favorito» la ley es omnipresente, debido al interminable número de litigios que atestan sus páginas, pero, por el contrario, no sabríamos decir si en esta trama de timos e intereses, de trampas que se atienen a la ley hay el menor atisbo de justicia. No es de extrañar que la visión que Gaddis nos ofrece del sistema legal sea tan hilarante como desencantada. Si en la monumental «Jota Erre» Gaddis lanzaba sus dardos contra la locura financiera que domina su país, en esta ocasión se centra en otro de los deportes por antonomasia: el afán por pleitear tras el cual no se esconde sino la fiebre por el dinero, la auténtica religión de nuestro tiempo.