Cuando estás concentrado delante del ordenador y tu hijo se presenta con una caja de Lego y te pide que le ayudes; cuando una bella desconocida te coge de la mano en el avión y te das cuenta de que sólo tiene miedo; cuando te dicen que podrías haberte vestido mejor y tú ya te habías vestido mejor; c...
Cuando estás concentrado delante del ordenador y tu hijo se presenta con una caja de Lego y te pide que le ayudes; cuando una bella desconocida te coge de la mano en el avión y te das cuenta de que sólo tiene miedo; cuando te dicen que podrías haberte vestido mejor y tú ya te habías vestido mejor; cuando alguien te cede amablemente el paso y eso implica que empiezas a tener una edad respetable... Éstos son algunos ejemplos de esos momentos de discreta infelicidad que, sin embargo, muchas veces están cerca de la felicidad: basta con que sepamos tomárnoslos con sentido del humor y encontrar su lado divertido. En este libro inclasificable, como en Momentos de inadvertida felicidad, la otra cara de la misma moneda, Francesco Piccolo va desde el mínimo aserto que abre abismos de ambigüedad hasta divagaciones que consiguen enlazar la dieta Dukan con la macroeconomía o evocaciones extensas de episodios de niñez o de juventud en los que uno sospecha que se sentaron las bases para la melancolía futura. El autor adopta la perspectiva de la esponja, capaz de absorber cuanto ocurre, para observar luego con el microscopio de la ironía esos mínimos estados de infelicidad en los que reconocerse y, sobre todo, ante los que sonreírse. Porque esos pequeños episodios intrascendentes quizás no son «grandes momentos estelares», pero sí conforman lo que somos.