Estos pequeños escritos (no sé si son aforismos, rimas, pensamientos, cuentos, poemas y, la verdad, me da igual), como mis canciones, son mi patio de recreo, donde mi alma y mi cuerpo van a una buscando el mismo juego. Por eso escribo y canto, porque al padre del hombre que soy, es decir, el niño qu...
Estos pequeños escritos (no sé si son aforismos, rimas, pensamientos, cuentos, poemas y, la verdad, me da igual), como mis canciones, son mi patio de recreo, donde mi alma y mi cuerpo van a una buscando el mismo juego. Por eso escribo y canto, porque al padre del hombre que soy, es decir, el niño que fui, como decía José Saramago, le gustaban las piezas sueltas de los muñecos rotos, las cartas desparejadas o el resto de un puzle incompleto. Porque él, igual que yo, amaba lo diminuto.
Todos estos textos y fotos nacieron en trenes, aviones, coches, hoteles; viajando y girando por España, Francia, Portugal, Brasil, México, Argentina y los campamentos de refugiados saharauis. Un libro en el que Dani Macaco nos hace partícipes a los lectores de sus viajes y su vida urbana.