Los niños y niñas de hoy pasan la mayor parte de su tiempo en espacios cerrados, sentados, mirando una pantalla y, prácticamente, ya no disfrutan de momentos de juego autónomo al aire libre. Estar al aire libre, en interacción directa con la vida, debería ser un derecho fundamental de la infancia.
Los niños y niñas de hoy pasan la mayor parte de su tiempo en espacios cerrados, sentados, mirando una pantalla y, prácticamente, ya no disfrutan de momentos de juego autónomo al aire libre. Estar al aire libre, en interacción directa con la vida, debería ser un derecho fundamental de la infancia.