LEER UN FRAGMENTOHordas de ciegos asesinos dementes que sacan los ojosa sus prisioneros; sacrificios humanos ofrecidos a Satánen lo más recóndito de la América Profunda; sociedades secretasque entierran vivos a quienes se atreven a traicionarlas; cadáveresmomificados alimentados con la sangre de víc...
LEER UN FRAGMENTOHordas de ciegos asesinos dementes que sacan los ojos a sus prisioneros; sacrificios humanos ofrecidos a Satán en lo más recóndito de la América Profunda; sociedades secretas que entierran vivos a quienes se atreven a traicionarlas; cadáveres momificados alimentados con la sangre de víctimas inocentes… Basten estos delirantes esbozos argumentales para definir uno de los subgéneros literarios de la «pulp fiction» de mayor éxito en los años 30, la época dorada de las revistas «pulp» norteamericanas, un estilo conocido como «Weird Menace» («Amenaza Extraña»). Y fueron las revistas denominadas «Shudder Pulps» –una serie de publicaciones de horror y misterio en las que, durante poco más de media década, reinaron la sangre y el sexo, el terror más físico y morboso, la violencia sádica, los argumentos más retorcidos y un delicioso erotismo inevitablemente camp– las encargadas de difundir a los cuatro vientos esta nueva frontera del terror popular. Jesús Palacios, experto entusiasta y buceador incansable en la literatura popular, reúne en el presente volumen una muestra representativa de los autores especializados que sentaron las bases del género, junto a un buen puñado de prestigiosos escritores «conversos». En esta antología el lector encontrará relatos de E. Hoffmann Price (Momias a la carta), amigo de Lovecraft y uno de los más prolíficos autores de la Era Pulp, Robert E. Howard (El Señor de los Muertos), el trágico y genial creador de Conan el Cimerio y padre del género de «Espada y Brujería», o de Cornell Woolrich (Tumbas para los vivos), maestro indiscutible del «suspense noir», junto a otros de «especialistas» menos conocidos como Robert Leslie Bellem (Sangre para el vampiro muerto), John H. Knox (La cosa que cenaba muerte), Frederick C. Davis (Los hombres topo quieren tus ojos) o Lazar Levy (El barco del demonio dorado); «Weird Menace» en estado puro.