Si bastara para convertirse en el rico heredero de un hombre al que nunca se hubiese visto, del que nunca se hubiese oído hablar y que viviese en los últimos confines de la China, apretar un botón con el cual se moriría... ¿quién de nosotros no apretaría
Si bastara para convertirse en el rico heredero de un hombre al que nunca se hubiese visto, del que nunca se hubiese oído hablar y que viviese en los últimos confines de la China, apretar un botón con el cual se moriría... ¿quién de nosotros no apretaría