Como dice Manuel Longares en el prólogo de La ruta de Waterloo, «la tragedia agazapada en una existencia placentera, la fatalidad que induce a obrar en contra de los deseos, el azar que acerca y distancia a los desconocidos, la imposibilidad de que una actitud caprichosa traicione convicciones arrai...
Como dice Manuel Longares en el prólogo de La ruta de Waterloo, «la tragedia agazapada en una existencia placentera, la fatalidad que induce a obrar en contra de los deseos, el azar que acerca y distancia a los desconocidos, la imposibilidad de que una actitud caprichosa traicione convicciones arraigadas, la pasión erótica demoledora y la asunción ciega de un destino, sea elegido o impuesto, son motivos impulsores de estos relatos». También está presente otro de los temas predilectos de Adolfo García Ortega: el viaje y a la aceptación irremisible del retorno. Hay en el reconocimiento del fracaso de la aventura, a la manera del Quijote o del Ulises homérico, la lucidez de quien renuncia a ser héroe para convertirse en individuo real.