Durante siete años Etgar Keret ha llevado registro de su vida personal, desde el nacimiento de su hijo hasta la muerte de su padre. El resultado son estas crónicas tragicómicas que van mucho más allá de la historia de su familia y de su carrera. Y es que con una hermana ultraortodoxa que tiene once ...
Durante siete años Etgar Keret ha llevado registro de su vida personal, desde el nacimiento de su hijo hasta la muerte de su padre. El resultado son estas crónicas tragicómicas que van mucho más allá de la historia de su familia y de su carrera. Y es que con una hermana ultraortodoxa que tiene once hijos y ocho nietos, un hermano pacifista a favor de la legalización de la marihuana y unos padres supervivientes del Holocausto, su historia personal parece contener la historia de toda la sociedad israelí. Y cuando su llegada al hospital para el inminente nacimiento de tu hijo coincide con la de las víctimas de un atentado suicida; cuando sus conversaciones con otros padres de niños de tres años implican preguntas como «¿Se unirá tu hijo al ejército cuando tenga dieciocho años?», y el mayor temor de su viejo amigo del colegio es que su maqueta de la torre Eiffel hecha de cerillas sea destruida por misiles Scud, lo personal y lo nacional son difíciles de distinguir.