Una quinta parte de esta novela la ocupa una escena antológica que ningún lector podrá olvidar: el embarque de un purasangre en el aeropuerto de Tokio. Es de noche, llueve a cántaros. El caballo, despavorido, ha despistado a sus escoltas japoneses, a su propietario francés y a su amiga con su pila d...
Una quinta parte de esta novela la ocupa una escena antológica que ningún lector podrá olvidar: el embarque de un purasangre en el aeropuerto de Tokio. Es de noche, llueve a cántaros. El caballo, despavorido, ha despistado a sus escoltas japoneses, a su propietario francés y a su amiga con su pila de maletas, y se ha sumergido al galope en la oscuridad del aeropuerto. ¿Cómo encontrar, apaciguar y domeñar al purasangre enfurecido al que, habida cuenta de su fama y de su precio, no pueden sacrificar ni herir? Épico y regocijante. Alejandro Dumas pasado por el Nouveau Roman. Flaubert narrándonos un grave incidente en la zona de flete de un aeropuerto. Hay elementos de fatalidad antigua en esa literatura tan moderna por su escritura y por sus mecanismos. Toussaint es un dios del Olimpo que, según Bernard Pivot, ya sea con benevolencia o furor, manipula a unas criaturas perfectamente elegidas y las proyecta a aventuras planetarias. «Un logro. Un gran libro fascinante que combina inextricablemente el deseo erótico, el de ver y el de escribir como si se participara de una misma pulsión» (Nelly Kapriélian, Les Inrockuptibles). «Un libro prodigioso sobre el amor» (Olivia de Lamberterie, Elle). «Toussaint está creando libro a libro una de las obras literarias más fascinantes de nuestra época» (Nicholas Lezard, The Guardian).