Y llega el día que ocurre, ocurre lo peor, lo que has estado temiendo durante años, sin saber si estarías a la altura de las circunstancias. Para Alix Kates Shulman ocurrió el 22 de julio de 2004, a las dos de la madrugada, mientras dormía al lado de su marido en una cabaña apartada en una playa de ...
Y llega el día que ocurre, ocurre lo peor, lo que has estado temiendo durante años, sin saber si estarías a la altura de las circunstancias. Para Alix Kates Shulman ocurrió el 22 de julio de 2004, a las dos de la madrugada, mientras dormía al lado de su marido en una cabaña apartada en una playa de una isla de Maine. Cuando despertó, Alix se percató de que su marido Scott había caído de la litera y yacía inmóvil en el suelo. Scott sobrevivió, pero el accidente le provocó una grave lesión cerebral. En este elegante relato de uno de los episodios más duros de su vida, Shulman reconstruye la historia de su matrimonio hasta el accidente y nos sumerge en una larga convalecencia que es en realidad una aventura impresionante. Este libro, que el neurólogo Oliver Sacks ha calificado de «importante y necesario», Shulman descubre que una enfermedad que en un principio se había erigido como una cadena perpetua, se convierte con el tiempo en algo inesperadamente gratificante. «Alix Kates Shulman habla con una fuerza exquisita del amor duradero». Andrew Solomon«Una meditación profunda sobre el amor que va más allá de los condicionamientos del cuerpo y de la mente. Alix Kates Shulman nos recuerda que cualquier vida, por más que la alteren los accidentes, vale la pena de ser vivida». The Boston Globe.