El tío Ramón tuvo una idea para ahuyentar a los mirlos que se comían los higos. Pero nunca un espantapájaros fue tan humano, pese a su corazón de melocotón.
El tío Ramón tuvo una idea para ahuyentar a los mirlos que se comían los higos. Pero nunca un espantapájaros fue tan humano, pese a su corazón de melocotón.