Charlie Rivel pisó, por primera vez, la pista de un circo a los tres años... Con el tiempo, acabó construyendo un entrañable personaje con nariz de latón, capaz de provocar la risa y también conmover al público desde la soledad de la pista.
Charlie Rivel pisó, por primera vez, la pista de un circo a los tres años... Con el tiempo, acabó construyendo un entrañable personaje con nariz de latón, capaz de provocar la risa y también conmover al público desde la soledad de la pista.