Cerdeña es la segunda isla en extensión del Mediterráneo, y todas las civilizaciones, desde que el mundo es mundo, fueron tentadas por sus bellezas y dejaron ahí sus impresionantes huellas. No en vano, Platón afirmaba que Cerdeña era la añorada Atlántida.El deslumbrante color turquesa de sus costas ...
Cerdeña es la segunda isla en extensión del Mediterráneo, y todas las civilizaciones, desde que el mundo es mundo, fueron tentadas por sus bellezas y dejaron ahí sus impresionantes huellas. No en vano, Platón afirmaba que Cerdeña era la añorada Atlántida.
El deslumbrante color turquesa de sus costas y la calma insular; las peculiares expresiones de arte popular en forma de frescos enormes en las paredes de las calles de Fonni o Villanova Monteleone; el monte -refugio del contrabando y otras especies endémicas-; el rigor de las fiestas religiosas y la pasión desatada de las paganas; caballos al trote por las calles en Sa Sartiglia de Oristano, Clagliari o Alghero... el color inunda esta isla, y el espíritu mediterráneo estalla en su máximo esplendor.
No es extraño que el glamour, con sus yates, con sus flashes, y su vanidad pase aquí sus vacaciones. Pero no sufran los que de todo esto carezcan: Cerdeña es un paraíso al alcance de todos y nos quiere seducir a todos por igual.