«Después de la oración del alba, mientras nubes de oscuridad se enfrentaban a una ráfaga de enérgica luz, se convocó al visir Dandán a presentarse ante el sultán Shahriyar. Su aplomo se disipó y en su pecho palpitó su corazón de padre. Mientras se vestía balbuceó: “Ahora se cumplirá el destino, tu d...