Estamos en 2010 y Alan Clay está en Yida esperando a reunirse con el rey Abdalá. Con más de cincuenta años, Alan se siente un fracasado. Y quizá lo sea: es un empresario norteamericano ahogado por las deudas, acosado por los acreedores y angustiado por la certeza de no poder pagar la matrícula de la...