Erróneamente acusado del rapto de una reina turania, Conan decide no exponerse al hacha del verdugo. Huye al oeste por el Camino de los Reyes, y persigue a los raptores de la reina Jamilah hasta los ensangrentados muros del siniestro templo de Zath. Para poder sobrevivir a las calles de la perversa ...