1675. Delft, Países Bajos«—El panadero no nos fiará más. Ha accedido a llevarse el cuadro que queda en el estudio para terminar de saldar nuestra cuenta. Llevamos casi dos años sin pagarle.—¿No podías haber buscado otra solución? —La boca de su madre se contrajo en una mueca—. Ya le has entregado un...