En el oasis, mientras los cántaros se llenan de agua, la cabeza de una chica se llena de las historias maravillosas que se cuentan los mercaderes. Y sueña despierta: «Ah? cómo me gustaría poder viajar y ver todo lo que ellos ven». ¿Quién la puede ayudar? ¿Una gata, quizás?