Otoño de 1884. Una celda lúgubre. Dentro se encuentra un hombre inerte. ¿Estará muerto? Bajo su lengua hay una moneda: es el óbolo de Caronte, el precio que hay que pagar al barquero del reino de los muertos.La joven arqueóloga Sarah Kincaid no sabe qué hacer, el destino parece haberse puesto en su ...