¡Los cristianos a los leones! Julio Prisco, ciudadano de Roma, ha oído durante toda su vida este grito en boca de la plebe y ha visto a muchos de ellos ir al martirio para gozar de Dios. Pero él cree en los dioses de Roma y es amigo de Marco Aurelio, el emperador filósofo. Ha recorrido el Imperio de...